Rick Riordan sigue creando historias fascinantes llena de personajes mitológicos que tanto gustan y engancha a los lectores. En la cuarta entrega de Las pruebas de apolo La tumba del tirano, Apolo debe convertirse en un héroe a pesar de que no tiene poderes para enfrentar nuevos peligros.
Apolo sigue siendo un mortal sin poderes, pero su experiencia en la tierra le han permitido evolucionar y lo han hecho un ser más empático. A pesar de perdió los poderes que tenía cuando era el Dios Apolo, debe mantenerse aún como un héroe.
A pesar de que sobrevivió a la misión del Laberinto en Llamas, el campamento Júpiter aún está en peligro y no tienen tiempo que perder. Esta vez deberá enfrentarse a un nuevo enemigo y ahora es que apenas comienza la batalla.
La situación de Meg y Apolo llega a un punto catastrófico apenas se da inicio la nueva aventura. Apolo entiende que hay cualidades humanas que son igual de importante que sus poderes para poder llevar a cabo su misión.
Para poder salvar el mundo Lester, Meg y todo el equipo deben hallar la tumba olvidada de un tirano ahora inmortal. Es un antiguo rey romano y representa la mayor amenaza a la que se han enfrentado hasta el momento.
Las pruebas de Apolo
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