Allison Dickson teje una historia muy ingeniosa en donde los secretos y las mentiras están a la orden del día. La otra señora Miller es la trama de dos mujeres que se vigilan, pero solo una de ellas conoce las verdaderas razones de porqué lo hace.
Phoebe Miller es una ama de casa que vive recluida en su hogar de un suburbio de Chicago. No suele salir de su casa ni conversar con sus vecinos. Sus días se pasan entre helado y vino frente a la piscina.
Su esposo Wyatt es terapeuta y pasa muchas horas fuera de casa por su trabajo. Tienen diez años de casado y hasta hace poco intentaban tener hijos, pero todos sus intentos fracasaron. Ahora viven ahogados en la rutina de un matrimonio de muchos años.
No tiene muy claro exactamente cuándo comenzó a repetirse este episodio, pero ha visto un Ford Focus azul enfrente de su casa más de una vez. Al principio solo ocurría tres veces por semana y a lo mucho duraba una hora estacionado, pero ahora se estaciona todos los días y puede demorar hasta cinco horas sin moverse.
No conoce la identidad de este misterioso conductor. Lo único que puede suponer que es una mujer por lo poco que puede notar de su complexión física. No entiende qué interés puede tener una persona extraña en ella que solo es una ama de casa.
Mientras tanto, una nueva familia se ha mudado al suburbio a la casa que está al final de la calle. El nombre de la nueva vecina es Vicki y rápidamente hace amistad rápidamente con Phoebe, que lo ve como una nueva forma de sobrellevar su vida solitaria.
Vicki y su hijo Jake representan un escape ante tanta presión y el vacío que tiene en su vida. Incluso logra olvidar a la mujer del Ford Focus que la espía constantemente, pero quizás debería seguir alerta porque puede ocurrir algo cuando menos lo esperas.
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