Liv Strömquist es una activista de los derechos de la mujer y las políticas de asilo. Con su talento se ha dispuesto a llevar su mensaje a todos los rincones del mundo. Con la novela gráfica El fruto prohibido habla sobre la historia cultural de la sexualidad femenina.
Un punto de la anatomía femenina ha sufrido una censura a lo largo de la historia y todavía existe, a pesar de estar muy presente. Pasando desde la Biblia y Freud. Yendo un poco más allá desde profesionales como pedagogos y sexólogos, hasta la publicidad en televisión han representado de una forma poco clara los genitales femeninos.
Es un tema que se ha manejado de forma tan cerrada que incluso pasó a ser un tema tabú. Las mujeres pueden llegar a sentir vergüenza al hablar de algunas partes de su cuerpo.
Esta novela gráfica que consta de siete capítulos habla de manera clara y sin freno sobre la forma en que la sociedad el órgano sexual de las mujeres. Una historia con bastante humor presente, pero al mismo tiempo es un análisis del manejo de conceptos científicos, políticos y sociológicos.
Este tipo de lecturas debería pasar de mujer a mujer, de madre a hija y porque no, de una mujer a su pareja. La idea es que seamos conscientes de que cada mujer es dueña de su sexualidad. Además de educar sobre la realidad de la genitalidad y no lo que nos han hecho creer los medios.
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